lunes, 1 de agosto de 2011

La vocación ¿Se hace o nace con ella?




¿La vocación es un llamado interno, divino? ¿Es algo que sienten solamente los sacerdotes y las monjas?¿O es una construcción, un proceso que se va desarrollando después que nacemos hasta el momento en que hacemos nuestra elección?

Si nos inclinamos por la primera opción, no tenemos manera de saber acerca de nuestra vocación hasta que ella nos avisa y nos llama. Si, en cambio nos inclinamos por la segunda, tenemos mucho por hacer.

Como primera medida, comenzar a pensar en lo que nos gusta, nos atrae, lo que los orientadores llaman intereses. Otro punto para tener en cuenta son las aptitudes, ósea, aquellas actividades  para las que tenemos mayor habilidad o mejor desempeño. Entonces para, para descubrir cuál es nuestra vocación, es importante que empecemos a pensar en estas dos palabras claves, intereses y aptitudes. Si consideramos que la vocación de un individuo se va formando de manera similar a la identidad, en el seno familiar es donde van surgiendo las identificaciones que, al principio, son imitaciones y que poco a poco, se van asimilando como identidad. Esto no quiere decir que la única manera de encontrar la vocación sea imitando la de los padres o parientes de uno, sino, simplemente que éstas influyen en nosotros.

Otra pieza calve  en este rompecabezas es la oferta del mercado, es decir, lo que ofrece la universidad, por un lado, y el mercado laboral, por el otro. Es fundamental conocer las posibilidades que existen con relación a lo que nos interesa y a aquello para lo que estamos más capacitados, no  se puede  elegir algo que no se conoce.

Por otro lado, es muy importante informarse acerca de la salida laboral de la carrera que nos interesa. Resumiendo: para descubrir nuestra vocación, no debemos esperar el llamado interno, tenemos que movilizarnos interna y externamente para encontrarla. Debemos indagar en nuestros intereses y aptitudes; informarnos sobre las carreras que nos gustan, las universidades que las dictan y la salida laboral que ofrecen.

Es un trabajo más difícil que el de sentarse a esperar que surja la inspiración, pero traerá recompensa, ya que al final elegiremos nuestra vocación correctamente.


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